domingo, 22 de diciembre de 2013

Razones

Por tu voz que empuja
en mi alma tan ilusa
una esperanza difusa
que la realidad estruja.

Por tus ojos negros
que ocultan el cielo
que prometen tus besos
hechos de miel y de sueños.

Por tu pelo tan bello;
por tu andar ligero
-cual hoja al viento-
por tu rostro tan tierno...

Es tan sólo por eso
que te escribo estos versos.
Es el inútil deseo
de un cerebro disperso.

Es la soga fría que ata
a mi cuello y mata
a cualquiera de mis ansias,
a todas mis esperanzas...

Por eso vivo solamente
siguiendo siempre extrañamente
los designios de mi frente
y de tu mirada indiferente.

Revolcado entre mil espinas,
sin corazones de esquina,
sin sueños, sin porfías,
ni ilusiones ínfimas...

Es tan sólo por eso
que te dedico mis versos;
Es porque ya estoy muerto
y ya no tengo sueños.

Ariel Silvermann (2003)

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